La semana cambiaria volvió a encenderse y el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, salió a defender el programa oficial con una frase que ya quedó instalada en el debate público: “Vamos a vender hasta el último dólar en el techo de la banda”.
El mensaje buscó transmitir calma, pero los números del Banco Central muestran otra cara: solo entre miércoles y jueves se perdieron 432 millones de dólares de reservas para intentar contener al billete verde. Aun así, la divisa superó los 1.400 pesos acordados con el FMI y llegó a rozar los 1.500.
Reservas en caída y promesas de deuda
Caputo explicó que el plan se sostiene porque “no hay más emisión de pesos” y aseguró que la autoridad monetaria está “muy bien capitalizada” y con “dólares suficientes para todos”. Además, adelantó que desde hace meses trabajan para garantizar los vencimientos de deuda de enero y julio de 2026, aunque admitió que “aún no hay nada cerrado”.
El reconocimiento, en tono de sincericidio, expuso la fragilidad de la estrategia oficial, que intenta sostener la paridad cambiaria a costa de liquidar reservas en un mercado cada vez más presionado.
Entre la política y las redes
Mientras el dólar se disparaba, el ministro eligió defender su postura en redes sociales y en programas afines al oficialismo. Desde allí denunció un supuesto “ataque político” contra el Gobierno y hasta se cruzó con referentes universitarios, luego de afirmar que los rectores cobran 18 millones de pesos, un dato que fue desmentido de inmediato.
Caputo también insistió en que los mercados desconfían de un marco “sólido y bien instrumentado”, aunque para la mayoría de la sociedad la paradoja es otra: la inflación no cede, la actividad económica se retrae y los dólares se evaporan en manos del propio Estado.
Un fuego que consume reservas
El miércoles el Banco Central vendió 53 millones de dólares, y el jueves el drenaje fue mucho mayor: 379 millones en una sola jornada. Pese al esfuerzo, no logró evitar que el dólar oficial perforara la banda de flotación y continuara su escalada.
Caputo, que días atrás calificó a los operadores financieros como “campeones”, vio cómo esos mismos jugadores se abalanzaron sobre los dólares ofrecidos, acelerando la pérdida de reservas.
La pregunta que sobrevuela el mercado es clara: ¿hasta cuándo habrá combustible para alimentar un incendio que no da tregua?

