En un gesto que podría marcar el inicio de una tregua dentro del peronismo bonaerense, Cristina Fernández de Kirchner y el gobernador Axel Kicillof mantuvieron este jueves una reunión clave con la mira puesta en el armado electoral de la provincia de Buenos Aires. El encuentro, discreto pero cargado de significado, tuvo lugar luego de más de cinco meses de distanciamiento político entre ambos referentes.

Desde el gobierno provincial confirmaron el encuentro con un comunicado escueto pero revelador: “A última hora de esta tarde se reunieron Axel Kicillof y Cristina Fernández de Kirchner. Se conformará un grupo integrado por representantes de los diferentes espacios para intentar construir una estrategia que confluya en listas conjuntas”. Sin embargo, también se encargaron de aclarar que no hay acuerdos cerrados ni una unidad garantizada.

El acercamiento responde, en parte, a la decisión de la ex presidenta de competir electoralmente en la tercera sección electoral, bastión histórico del peronismo y territorio donde Kicillof necesita reforzar su presencia política. Esta jugada obligó a abrir canales de negociación para evitar una interna que podría debilitar al oficialismo.

Ambos sectores reconocen que, ante la alianza ya formalizada entre La Libertad Avanza y el PRO, la dispersión del voto peronista podría tener consecuencias letales en un distrito clave como Buenos Aires. Por eso, más allá de las tensiones, la construcción de un frente común se impone como una necesidad estratégica.

Sin embargo, el camino hacia la unidad está lejos de ser sencillo. El kirchnerismo duro, con Cristina y Máximo Kirchner al frente, sostiene que es imprescindible nacionalizar el debate electoral para confrontar con Javier Milei y que el desdoblamiento de elecciones decidido por Kicillof fue un error político. En cambio, el gobernador, respaldado por el Movimiento Derecho al Futuro (MDF), considera que este es el momento para consolidar su propio liderazgo y diferenciarse de su mentora política.

La relación entre Kicillof y La Cámpora se ha deteriorado visiblemente. El mandatario siente que su gestión es saboteada desde adentro y busca fortalecer su autonomía, sobre todo de cara a una eventual candidatura presidencial en 2027. En ese marco, convocará el lunes próximo a los intendentes alineados con el MDF para definir los pasos a seguir en la negociación con el kirchnerismo.

Con la fecha de cierre de listas fijada para el 19 de julio, todavía hay margen para acordar. Pero todo indica que, de lograrse, la unidad será más un pacto circunstancial que una reconciliación genuina. Aún así, el peronismo sabe que sólo con una estrategia común podrá aspirar a seguir siendo competitivo en un año electoral decisivo para su futuro inmediato.