La ciudad de La Plata se prepara para recibir un nuevo rincón culinario con la inauguración de «Cletta», el resto bar de Lautaro, que abrirá sus puertas el próximo lunes 29 de julio. Ubicado frente al emblemático Liceo Víctor Mercante, en diagonal 77 y 46, este nuevo espacio promete ser un homenaje a la pasión gastronómica y a los sueños cumplidos.

Lautaro, quien se trasladó desde Venado Tuerto a la ciudad de las diagonales a los dieciocho años, encontró en La Plata una oportunidad para explorar un futuro distinto al de trabajar en el campo o en una fábrica. Su encuentro con Juancho, el dueño de la popular casa de comidas «La esquinita» en 13 y 501, fue un punto de inflexión. Lautaro recuerda a Juancho con admiración, destacando cómo su mentor le enseñó los entresijos del mundo gastronómico, desde la atención a proveedores hasta la organización de promociones.

«Me enamoré de Juancho y de su vida», afirma Lautaro, quien comenzó trabajando como delivery en «La esquinita». «Lo veía todas las mañanas, y aprendí todo lo que sé sobre gastronomía gracias a él». A pesar de que Juancho ya no está presente, su legado continúa en el local, que sigue funcionando en la ciudad.

El nuevo resto bar, que llevará el nombre de «Cletta», rinde homenaje a una sabia anciana que Lautaro conoció durante un viaje al Norte Argentino. Cletta, quien le predijo muchas cosas sobre su futuro, inspiró a Lautaro a seguir su intuición. “Ella me anticipó cosas que realmente sucedieron. La intuición nunca falla; se siente en el centro del pecho”, comenta Lautaro.

El mural en el interior de «Cletta» rendirá homenaje a Cletta, como un recordatorio de la sabiduría que guiaba a Lautaro en su camino. La inauguración de este nuevo espacio será una celebración de los sueños y la dedicación, con muchos vecinos de La Plata acompañando a Lautaro en la realización de su proyecto.

Con «Cletta», Lautaro no solo abre un nuevo local, sino que también lleva a cabo el sueño de revivir el vibrante mundo gastronómico que tanto admiraba en su mentor, haciendo realidad la visión que comenzó con la sabiduría de Cletta y su propio esfuerzo.